Martes para la juventud

Una vez más como todos los martes, para darle arranque a esta semana de octubre, tenemos a un personaje un tanto especial. Su nombre es Marco Trungelliti y nació en Santiago Del Estero, donde a los cinco años corría atrás de las pelotitas junto a sus padres en el Santiago Lawn Tenis club. Algunos años más tarde tomó algunas clases con un profesor muy querido para él, Enrique Guldberg y a partir de ese momento comenzó su largo camino en el tenis.

Hoy, con 21 años está cumpliendo uno de sus tantos sueños que tenía de chico cuando quería llegar a ser tenista profesional y viajar por el mundo con la raqueta. Dentro de la cancha se puede decir que es un jugador que pocas veces se sabe lo que va a hacer. Puede tirar un saque y red en el momento más importante del partido como errar la bola más fácil por buscar siempre la imposible.

Está pasando por el mejor momento de su carrera, donde está 283 en el ranking ATP y afianzándose en el nivel de Challengers. A veces se lo ve jugar parece que no le importa mucho lo que va pasando en el juego, y quizás erra por atrevido, pero está trabajando en todo eso y los resultados se ven rápido. 

Se sabe que siempre para hacer un clic en la carrera de cada uno, en algún momento hay que tomar decisiones y aceptar a venir a entrenar a Buenos Aires, ¿cómo fue para vos ese cambio y si fue fácil adaptarte?

Llegué a Buenos Aires a los 16 porque consideraba que mi carrera en Santiago Del Estero tenía un techo y cada vez se hacía más difícil para conseguir chicos para entrenar. Necesitaba mayor seriedad en la decisión de dedicarme a este deporte y venir a Buenos Aires era algo que me iba a ayudar a madurar. Es un cambio que todos tenemos que pasar y a veces la adaptación es dura porque todo es muy diferente, a algunos les lleva más tiempo y a otros no tanto pero en definitiva es algo que se supera si se quiere.

Sabemos que viajar hoy en día está muy difícil, ¿contás con algún tipo de apoyo o todo sale de la familia?

Está muy difícil la situación para nosotros, porque si jugamos en Sudamérica Brasil está muy caro, Chile también, y no que hablar si tenemos que ir a Europa, entonces es complicado, pero por suerte cuento con el apoyo de mis padres y también con la gobernación de Santiago Del Estero que es una gran ayuda.

Este año empezaste a jugar algunos Challengers y le ganaste a jugadores como Leonardo Mayer, Brian Dabul y Horacio Zeballos, ¿qué sentís que cambiaste en tu juego comparado con el Marco Trungelliti de principio de año?

Creo que la diferencia consta un poco en la mentalidad. Obviamente no hay que dejar de lado el aspecto físico como el tenístico pero creo que en un determinado momento la concentración y la fuerza mental es la que termina ganando. Siento que logré bastante estabilidad mental, que siempre fue lo que más me costó, pero la idea es también seguir mejorando el resto de mi juego para subir lo más rápido posible.

Para el final te pregunto, ¿Cuáles son tus máximas aspiraciones como deportista profesional?

Aspiraciones son muchas, pero jugar la Copa Davis para Argentina es lo más lindo que me podría pasar en este deporte.