Luego de un 2010 donde consiguió llegar al punto más alto de su carrera deportiva en cuanto a lo personal, cuando cumplió su sueño de jugar dos series de Copa Davis, con una victoria ante Suecia, y donde también alcanzó el puesto 51 en el escalafón mundial, no todo fue alegrías para Leonardo Mayer en la segunda mitad de año, cuando una lesión en la espalda lo dejó afuera de la última parte del año y los resultaron tampoco lo acompañaron.
Con casi un metro noventa a cuestas, sus movimientos dentro de la cancha de tenis son más bien pesados, y sus golpes muy amplios. Una lesión en la parte baja de su espalda le generó durante casi ocho meses malestar en la cancha o quedarse inmovilizado de un momento a otro, al punto de tener que darse una inyección para poder moverse con normalidad.
Vive solo en Buenos Aires desde los 17 años y a sus 23 asegura que cuando llegó a la capital tenía miedo de perderse cuando tenía que trasladarse a cualquier lado, pero que de a poco se acostumbro a las distancias. En su departamento está todo en perfecto orden, cajas con ropa, raquetas nuevas y hasta una guitarra llena de polvo adornan el living de “Tito”, como lo llaman sus amigos.
Es una persona que se muestra muy callada ante los micrófonos, pero cuando entra en confianza, deja de lado su timidez para interiorizarse en una charla mano a mano. Si se habla de tenis, sacarle las palabras no es tarea fácil. Gesticula más de lo que habla, se toma su tiempo para pensar cada frase y disimula su estado de ánimo hablando de cosas que le interesan más que hablar de tenis. Es casi tan fanático de los autos como de la pesca. Cada vez que tiene un par de semanas en Argentina se escapa a Corrientes a pescar con los hermanos.
En el circuito es muy querido por los jugadores argentinos e internacionales, por su tranquilidad y compañerismo, más que nada con los chicos jóvenes: “Soy muy agradecido con los que me dieron una mano cuando yo era juvenil y es una forma de retribuir un poco lo que yo recibí”, reconoce Leo.
“Cuando volvíamos de Santos a San Pablo en un torneo, estuvo las dos horas del viaje discutiendo con el chofer a ver quien sabía más de autos, y ninguno entendía lo que decía el otro”, cuenta Emiliano Redondi, entrenador de Leo hasta hace pocas semanas y uno de los que más conoce al “Yacaré”.
“Es muy exigente con el mismo, y de la misma forma, con su grupo de trabajo”, asegura Mario Duré, el preparador físico de Leo. “Es obsesivo en todo lo que hace y podría planificar de la misma forma un día de pesca que la final de Roland Garros”.
Una anécdota que habla un poco de su forma de ser fue en 2008, cuando fue a jugar el Challenger de Ostrava, en República Checa. Para ponerlos en ámbito, Ostrava es una pequeña ciudad situada al noreste del país que tiene alrededor de 300 mil habitantes. Leonardo llegó el viernes al torneo, perteneciente a la gira que culmina con Roland Garros, el objetivo del año para los argentinos. Al segundo día comenzó con algunos dolores estomacales que lo tuvo toda la noche del sábado dando vueltas en la cama sin poder dormir. Cuando no aguantó más el dolor, junto a Emiliano fueron al hospital de la ciudad donde lo atendieron en la guardia. Nadie hablaba ingles, ni una palabra.
Explicaron como pudieron que era lo que sentía y lo dejaron en observación para hacerle algunos estudios. Cuando terminaron los estudios, apareció una enfermera muy amable con un librito chiquito entre sus manos, era un diccionario que traducía de checo al español para ver de qué manera le explicaban que tenía una peritonitis. “No podía más del dolor, sentía que me estaba muriendo y encima no entendíamos nada lo que nos decían los médicos pero por suerte salió todo bien”, aseguró Leo.
Las vueltas que tiene la vida lo llevaron a volver un año más tarde a la misma ciudad, en su primera aparición en el equipo nacional de Copa Davis, y lo primero que hizo en su estadía en Ostrava fue ir a visitar a los médicos que lo habían operado y a la enfermera que le hizo de traductora en su semana de internación el año anterior. De más está decir que les llevó de regalo unas entradas para la serie donde finalmente terminó ganando el conjunto local.
Ahora está pasando por una etapa de cambio, donde busca su nuevo entrenador y volver a escalonarse entre los 100 primeros del mundo. Tiene en carpeta jugar ocho torneos en lo que queda del año y necesita al menos ganar alguno o lograr resultados destacados para entrar al cuadro principal del Abierto de Australia 2012. Sólo depende de él.
Correcciones:
ResponderEliminarSimplificar la escritura. La primera oración es un párrafo de cuatro líneas.
Falta definir el eje del perfil. Parece ir por un lado, pero se hablan de varias cosas y eso confunde. Si mezclamos lo profesional y lo personal ya no se sabe para donde vamos.
Evitar repeticiones, como al principio. El texto tiene que tener fluidez. Cada párrafo debe conectar con el siguiente de forma natural. A veces esto se pierde.
Está bien buscado el uso de testimonios y anécdotas, como recursos, pero hay que tener en cuenta que deben ser pertinentes. La anécdota de la operación no dice mucho de él, además de que no sabe inglés.
Releer siempre, hay varios errores.
Bien en general.